Mostrando entradas con la etiqueta Compilando. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Compilando. Mostrar todas las entradas

Otoño

En la bóveda de la tarde cada pájaro es un punto del recuerdo. Asombra a veces que el fervor del tiempo vuelva, sin cuerpo vuelva, ya sin motivo vuelva; que la belleza, tan breve en su violento amor nos guarde un eco en el descenso de la noche.

Y así, qué más que estarse con los brazos caídos, el corazón amontonado y ese sabor de polvo que fue rosa o camino. El vuelo excede el ala. Sin humildad, saber que esto que resta fue ganado a la sombra por obra de silencio; que la rama en la mano, que la lágrima oscura son heredad, el hombre con su historia, la lámpara que alumbra.
J. Cortázar 


No sé por qué

Me gusta el viento, no sé por qué, pero cuando camino contra el viento parece que me borra cosas.


Benedetti 

Noche

Habitadora de cerebros huecos,
mecánica, filósofa, alquimista,
encubridora vil, lince sin vista,
espantadiza de tus mismos ecos

Lope de Vega, A la noche.

Árboles

Los árboles me han dado siempre los sermones más profundos. Los respeto cuando viven en poblaciones o en familias, en bosques o en arboledas. Pero aún los respeto más cuando viven apartados. Son como individuos solitarios. No como ermitaños que se hubieran recluidos a causa de una debilidad, sino como seres grandes y aislados, como Beethoven o Nietzsche. En sus ramas más alta susurra el mundo y sus raíces descansan en lo infinito; pero no se abandonan ahí, luchan con toda su fuerza vital por una única cosa: cumplir con ellos mismos según sus propias leyes, desarrollando su propia forma, representándose a sí mismos. Nada es más sagrado, nada es más ejemplar que un árbol fuerte y hermoso. Cuando se tala un árbol y se muestra desnuda al sol su herida mortal, puede leerse toda su historia en el tosco y lapidario disco de su tronco: en sus anillos anuales y en sus cicatrices están descritos con exactitud toda lucha, todo sufrimiento, toda enfermedad, toda fortuna, toda recompensa. Años flacos y años abundantes, agresiones soportadas y tormentas sobrevividas. Y cualquier hijo de campesino sabe que la madera más dura y noble es la que tiene los anillos más estrechos, y que arriba en la montaña, en constante peligro, crecen las ramas más inquebrantables, las más fuertes y ejemplares.

Hermann Hesse

Sobre el mar el atardecer


No más tristezas
me dije hoy, y fijé mi vista
en el horizonte,
lleno de colores increíbles 


Versos de Carlos M. Valenzuela Quintanar

Flores de Octubre

Octubre llega...
Ni aire...
Ni fuego...

Ni agua...
Sino tierra...
Sólo tierra seremos...
Y tal vez, unas flores amarillas.

Versos de Neruda, Oda a unas Flores Amarillas

Fotos de una servidora

Mi impasible y mejor amigo Loki

Loki
Compañero de amor en la tristeza.
Resignado guardián en el encierro.
Y lealtad, de la cola a la cabeza.



Henry Kronfle

Noviembre


Una flor de tu jardín 

No perdono a la muerte enamorada 
no perdono a la vida desatenta
no perdono a la tierra ni a la nada
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta
Quiero escarbar la tierra con los dientes
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte

Elegía, Miguel Hernández


El ingenio de Erickson

Los psicoterapeutas tienen una idea errónea acerca de las enfermedades, los impedimentos o la muerte. Suelen hacer excesivo hincapié en eso de que hay que adaptarse a las enfermedades, los impedimentos y la muerte. Hay un montón de monsergas rodando por ahí acerca de la ayuda que debe prestarse a las familias que están en duelo. Yo creo que ustedes deberían tener presente que desde el día en que nacen, empiezan a morir. Algunos son más eficientes y no pierden tanto tiempo muriéndose, mientras que otros esperan mucho tiempo.
Milton Erickson,  fragmento Sobre la muerte y los moribundos



Paciencia



Los acontecimientos necesitan un poco de tiempo para volverse palabra. Como si su sentido, e incluso su forma, debieran recorrer un largo camino interior antes de encontrar su cohesión”. Julio Cortázar~Carol Dunlop, Los autonautas de la cosmopista

¡¡Llevadme con vosotras!!


Olas gigantes que os rompéis bramando 
en las playas desiertas y remotas, 
envuelto entre la sábana de espumas, 
¡llevadme con vosotras! 

Ráfagas de huracán que arrebatáis 
del alto bosque las marchitas hojas, 
arrastrado en el ciego torbellino, 
¡llevadme con vosotras! 

Nube de tempestad que rompe el rayo 
y en fuego ornáis las sangrientas orlas, 
arrebatado entre la niebla oscura, 
¡llevadme con vosotras!. 

Llevadme, por piedad, a donde el vértigo 
con la razón me arranque la memoria. 
¡Por piedad! ¡Tengo miedo de quedarme 
con mi dolor a solas!

Gustavo Adolfo Bécquer



En busca de quimeras


Mi corazón es un océano de rostros y de manos


y yo entro en él sin darme cuenta


con mi equipaje de arena

aferrado al timón del viento


a la proa de los años

donde una voz que no es mi voz

eleva el ancla de este pequeño barco

que se aleja con mi infancia a bordo



Mario Meléndez, El barco del Adiós.



Pájaros de barro

Pájaros de barro (Manolo García)

Por si el tiempo me arrastra a playas desiertas, hoy cierro yo el libro de las horas muertas.

Hago pájaros de barro... Hago pájaros de barro y los echo a volar.
Por si el tiempo me arrastra a playas desiertas, hoy rechazo la bajeza del abandono y la pena.
Ni una página en blanco más...
Siento el asombro de un transeúnte solitario...
En los mapas me pierdo. Por sus hojas navego..
Ahora sopla el viento, cuando el mar quedó lejos hace tiempo.
Ya no subo la cuesta que me lleva a tu casa...
Ya no duerme mi perro junto a tu candela.
En los vértices del tiempo anidan los sentimientos. Hoy son pájaros de barro que quieren volar.
En los valles me pierdo, en las carreteras duermo.
Ahora sopla el viento. Cuando el mar quedó lejos hace tiempo. Cuando no tengo barca, remos ni
guitarra. Cuando ya no canta el ruiseñor de la mañana. Ahora sopla el viento. Cuando el mar
quedó lejos hace tiempo.
En los valles me pierdo, en las carreteras duermo.

Y yo en este viejo pueblo paseando sola, como un fantasma...



A mi  casa la azotan los rayos y un día se va a partir en dos. 
Y no sabré dónde guarecerme porque todas las puertas dan afuera del mundo. 
Mario Benedetti

Título: Antonio Machado

Evocaciones Náufragas




(...) Con el paso lento, y los ojos fríos
y la boca muda dejarme llevar;
ver cómo se rompen las olas azules
contra los granitos y no parpadear;
(...)
Perder la mirada, distraídamente
perderala y que nunca la vuelva a encontrar:
y, figura erguida, entre cielo y playa,
sentirme el olvido perenne del mar

Alfonsina Storni


"Deseo...


... poder escribir algo tan misterioso como un gato."
Edgar Allan Poe

Palermo

Al mediodía, la primavera era irrecuperable. Confiada por el silencio de las calles permanecí inmóvil durante un largo rato frente a la casa. Bajo las horas soporíferas y el encierro de la ciudad me acordé de Cien años de Soledad y de Macondo...
"Aquel Macondo olvidado hasta por los pájaros, donde el polvo y el calor se habían hecho tan tenaces que costaba trabajo respirar"

Gabriel García Márquez


Antes de Partir...




¡Conductor! Grité, estamos usted y yo
huyamos de esta gran ciudad
a una ciudad más pequeña más propia para el corazón

Leonard Cohen

Buitres


Franz Kafka


Érase un buitre que me picoteaba los pies. Ya había desgarrado los zapatos y las medias y ahora me picoteaba los pies. Siempre tiraba un picotazo, volaba en círculos inquietos alrededor y luego proseguía la obra.


Pasó un señor, nos miró un rato y me preguntó por qué toleraba yo al buitre.


-Estoy indefenso -le dije- vino y empezó a picotearme, yo lo quise espantar y hasta pensé torcerle el pescuezo, pero estos animales son muy fuertes y quería saltarme a la cara. Preferí sacrificar los pies: ahora están casi hechos pedazos.


-No se deje atormentar -dijo el señor-, un tiro y el buitre se acabó.


-¿Le parece? -pregunté- ¿quiere encargarse del asunto?


-Encantado -dijo el señor- ; no tengo más que ir a casa a buscar el fusil, ¿Puede usted esperar media hora más?


- No sé -le respondí, y por un instante me quedé rígido de dolor; después añadí -: por favor, pruebe de todos modos.


-Bueno- dijo el señor- , voy a apurarme.


El buitre había escuchado tranquilamente nuestro diálogo y había dejado errar la mirada entre el señor y yo. Ahora vi que había comprendido todo: voló un poco, retrocedió para lograr el ímpetu necesario y como un atleta que arroja la jabalina encajó el pico en mi boca, profundamente. Al caer de espaldas sentí como una liberación; que en mi sangre, que colmaba todas las profundidades y que inundaba todas las riberas, el buitre irreparablemente se ahogaba.


Confiado


Tira de Mutts

Haced de este mundo un sueño sin despertar.

Alfred de Musset