Una flor de tu jardín |
No perdono a la muerte enamorada
no perdono a la vida desatenta
no perdono a la tierra ni a la nada
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta
Quiero escarbar la tierra con los dientes
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte
Elegía, Miguel Hernández
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