Memoria.


No me acuerdo de más de un cuarto de mi vida
Una parte son sueños
Otra parte perdida hasta que un día alguien, un estímulo, enciende la lámpara de un cuartito y recuperamos parte de lo que sucedió en  aquella casa. ¡Cuidado con lo que hay en el sótano!
Otra  se nos escapa, fugaz.
Y lo que está, ha sido transformado por nuestra manera de recordar, aunque no por ello estemos menos agradecidos.  
No te ofendas, mi memoria;
mientras más evocamos, más deformamos 
y queda el consuelo de lo esencial, que ya es mucho.
Lo que podía revivir en una juventud temprana, nitidez de detalles , secuencias de los hechos,
ha dado lugar en la madurez una juventud no tan tardía, a evocaciones más imprecisas, observaciones a medias,  imágenes que han ido pasando de un merecido Jpg a un Gif.
¡Olvidos coño!

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