Me voy entumeciendo y torpe, doy tumbos para entrar en calor. Inevitablemente choco, me resquebrajo y caigo al suelo, que por suerte no es moqueta. Mis ojos, que ni están juntos ni ya ven bien, disparan señales erráticas a mi cerebro que hace aguas -nunca mejor dicho- , y hacen creerme que veo algo importante al final de mi reguero.
Al final miro, o creo ver, alguna cosa que identifico como mi miseria, y musito , muy bajito, para que no me encierren y porque no puedo articular debidamente: - Al menos estás fuera de mí por un rato.
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Tus Palabras alumbran esta casa