Final del Año


Ni el pormenor simbólico
de reemplazar un tres por un dos 
ni esa metáfora baldía 
que convoca un lapso que muere y otro que surge
 ni el cumplimiento de un proceso astronómico
 aturden y socavan
 la altiplanicie de esta noche
 y nos obligan a esperar
las doce irreparables campanadas.
 La causa verdadera
 es la sospecha general y borrosa
del enigma del Tiempo;
 es el asombro ante el milagro
 de que a despecho de infinitos azares,
 de que a despecho de que somos
las gotas del río de Heráclito,
 perdure algo en nosotros:
inmóvil.
Jose Luis Borges

Pues eso, que nos vamos.




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