Las horas, anacrónicas, fueron postergando el camino hacia su vera, y un día nadie se acordó de aquel lugar.
Ella olvidó su significado y a quien amaba. Sus lloros junto al de los hierbajos de la ladera, se confiaron al silencio, indiferente. La estructura del inmueble, inamovible al cambio, quedó resquebrajada hasta los cimientos mohosos más profundos, helándose el corazón. Andar entre ausencias ha dificultado mucho inmortalizar su encuentro. Quienes la recuerdan cuentan su historia con la esperanza de que al nombrarla despierte de su extravío. Y no es sorprendente escuchar junto al relator un lejano susurro; el vaivén de las ventanas cansado ya del eterno viento invernal.Isota
Muy buena entrada Isabel, a medida que leía tu texto y miraba la foto me puse a pensar en cuantas personas son similares a esa casita, que se van alejando mas y mas de todo encerrándose en si mismas y en su propio dolor.
ResponderEliminarNo se porqué pero así lo pensé.
Un abrazo
Duelen tus palabras preñadas de distancia.
ResponderEliminarUn abrazo
Una imagen un un texto precioso. Es para pensar, para quedarse pensando un rato y quizás hasta soñar con algo de eso.
ResponderEliminarUn abrazo.
La foto es maravillosa y el texto que la acompaña me dejó de piedra.
ResponderEliminarLa casa podríamos semejarla a nuestras vivencias.
Un beso
Genial la foto y el texto. Enhorabuena! ^^
ResponderEliminarhay inviernos que no acaban nunca y nos enfriamos tanto que al final sólo escuchamos el crujido final... o (venga va, pongámonos optimistas) los crujidos del deshielo.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Isabel, queridísima y recordada amiga,
ResponderEliminarhas escrito un breve relato lleno de nostalgia que ignoro si es o no realidad, pero pasa tantas veces en la vida esa misma circunstancia, sentirse olvidada, aislada, negada por el recuerdo, es triste hasta pensarlo, ya que la soledad es un recurso solo positivo cuando lo eliges por un tiempo, por un día, unas horas, pero cuando se convierte en un estado constante, es una pesadilla.
Abrazos amiga, buena semana.
¿Còmo podemos evitar ser esa casita? Porque temo que me estoy convirtiendo en ella... No me asusta pero duele esta alejada...
ResponderEliminarArazos...
Creo que la soledad, en todos los sentidos de la palabra, es más habitual que su opuesto.
ResponderEliminarLa foto es estupenda!
Besos!!
Gracias por cada palabra, aprecio mucho todos los comentarios
ResponderEliminarUn fuerte abrazo a todos
:)
Siempre tan genial cielo
ResponderEliminarUn besote
delicioso!!!! un abrazo
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