domingo, 20 de septiembre de 2009

Nadie, ni siquiera la lluvia, tiene unas manos tan pequeñas (Cuento 2)

E.E Cummings

1.
Oveja se debatía entre una historia sensiblera y moña, o algún relato entretenidillo que rondase entre lo noble y lo irónico.

Pasaba por un momento en el que la continua lucha de su razón entre lo onírico y lo real la había convertido en una oveja con ataques huraños y al rato con ataques de risa.

La angustia añadida siempre era arriesgada para escribir, pero era la única que siempre le empujaba a hacerlo.

Desde pequeña había adoptado una actitud evasiva ante todo (tele, videojuegos, enormes ovillos por toda su habitación) .Un día, cansada de andar por casa en bata, decidió que su evasión iba a alcanzar dimensiones mayores.

Oveja iba a convertirse en una superheroína. Era una idea absurda, era radical y además, era como un empleo.

Lo primero era lo primero. ¿Cómo era la oveja? Tendría que hacer una introspección personal y encontrar sus verdaderas motivaciones y anhelos, sus complejos y miedos. ¿Quería realmente abrir esa puerta?

¿No?

Pues ya sabía algo nuevo sobre su personalidad de héroe.

La oveja iba a ser una superheroína cobarde.

(Quejas y enfurruñamientos)

Aturdida ante este primer desafío llamó a sus amigos y alma gemela Potrillo, para que ellos amablemente le dijesen lo buena y especial que era. Así no tendría que enfrentarse nunca más a la impertinente pregunta y podría pasar directamente a una de sus partes favoritas: el traje elástico e incómodo que se iba a poner (y complementos).

Llamó a sus seres queridos quienes hablaron alegremente de sus virtudes. Y sutilmente sobre posibles miedos y anhelos, críticas constructivas desde el cariño. Posibles alternativas y muchos ánimos.

Oveja, agradecida por el tacto de aquellas personas que decían ser sus amigos (sollozos), decide que esa fase tampoco era tan importante, que mira que se han copiado los superhéroes entre sí y nadie ha dicho nada. Porque las críticas de unos cuantos frikis en un foro cualquiera, ¿a quién le importaba?

Desalmada y sola, oveja apartaba a sus amigos y a potrillo con un asterisco en la agenda del móvil y ojeaba desde la decepcionante frikipedia hasta la wikipedia “de toda la vida”, los detalles de los trajes.

“Sin capa eso seguro. Le gusta el rojo pero ¿Qué pasaba si la comparaban con Flash, Iron Man, Spawn y el Hulk actual? Por no nombrar a aquellos que lo combinan con azul. El rojo no.”

Tal vez una capa sí, y tal vez se ahorraría hasta la vestimenta. Sería como la superoveja de Worms. Un poco exhibicionista pero eso no importaba porque vivía en un pueblo turístico.

Oveja había encontrado una manta mugrienta que arrastraba cuando que era pequeña, marrón y lila, que en sus tiempos era blanca. Y se la había amarrado en el cuello a modo de capa.

Lista de cosas para ser una superheroína:
Traje Superheroína, hecho.
Profesión: héroe desempleada
Tara: impulsiva, hábito contagiado por mi su peluche Don Depresor.(Es rojo y todo el mundo sabe que el rojo altera)
Poderes: ¿?
Personalidad: no está hecha del todo y odio a mis amigos; "mis cosas buenas no pegan para ser una oveja superheroica”

Estaba molesta y sabía por qué.

Pensó en aquellas conversaciones telefónicas con sus amigos, y enfrentándose por fin a una reflexión, la primera e infantil, quiso estudiarla desde un punto de vista objetivo, intento que terminó por desquebrajarse y confundirse con los trocitos de su espejo emocional. Ni menos ni más acertada, era suya.

Lista de cosas para ser una superheroína:
Traje Superheroína, hecho.
Profesión: héroe desempleada
Poderes: ¿mentales?
Personalidad: nerviosa, tímida, ingenua, y cosas buenas también: ocurrente, optimista, (Ya me las arreglaré a ver que se saca de ahí)
Le gusta Danse des cygnes, Tchaikovsky y aquella canción de Holiday que decía...

Some day, when i’m awfully low,


when the world is cold,


i will feel a glow just thinking of you…


(Oveja quita los asteriscos de la agenda)

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