Un libro que parece una fábula, pero no lo es.
Detrás de los animales y las consignas, está la herida del poder, la ingenuidad que se rompe y el miedo que termina mandando.
No hay moraleja, solo un espejo.
Y a veces mirar ese espejo duele más que entenderlo.
Un aviso de lo que nos esperaba.
ResponderEliminarEl totalitarismo tiene muchos disfraces incluso a veces se disfraza de democracia.
Saludos
Un gran libro.
ResponderEliminarUn abrazo.