Cuando uno se aleja demasiado y no encuentra el camino de vuelta.
¿Y ahora?
Ahora se nos escapa pensando en el futuro. Cuando hemos llegado a una meta ya estamos insatisfechos. Proyectándonos en un yo ideal una y otra vez en los sucesivos futuros un día nos paramos, miramos a nuestro alrededor y así hemos perdido el camino de vuelta, uno lleno de minas.
Ahora probamos varias cosas que hacíamos antes a ver si la cosa mejora.
Queremos retornar a como nos sentíamos. No podemos pero es un primer pensamiento lícito ya que es como único nos conocíamos.
Ahora vemos que tenemos límites.
Ahora si con suerte tenemos a alguien cercano podemos tener el lujo de pararnos un momento para luego seguir.
Y seguimos: a veces avanzamos casi de forma moribunda, otras deseando ir lo más rápido que podamos para pasar lo antes posible una situación que no nos gusta.
Algunas veces encontramos viajeros afines y el paisaje de ese tramo lo recordaremos más brillante.
Y mientras avanzamos nos encontramos con otros senderos que no se hubieran presentado jamás entre aquellos muros en los que habíamos caído.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus Palabras alumbran esta casa